Cholula y el Capitán Trueno

Tengo una amiga que es reacia a esto de los blogs, valga decir a compartir con quien se sienta dispuesto ese trozo entrañable de vida que a veces nuestro ánimo nos empuja a poner en palabras.

Por aquellos días de viaje, camino a Oaxaca, recibí una larga carta suya que hoy me animo a en reproducir en parte. El otro día decía aquí mismo que una novela bien escrita eleva las razones de la vida y de los hechos a una categoría “superior”; en realidad lo que que estaba en mi ánimo cuando escribí aquello, era la idea de que la escritura, recogiendo fragmentos de vida y recreándolos, lo que hace es profundizar y tratar de encontrarle al hecho vital una densidad que muchas veces se pierde en el apresuramiento de nuestra vida cotidiana. La escritura rescata y pone ante nuestros ojos preciados instantes que de lo contrario se perderían en la sucesión continuada de los acontecimientos diarios. Así me sucedió hoy a mí, que queriendo reproducir someramente las impresiones de un largo viaje por América y repasando aquí y allá mis apuntes, me encontré con las líneas ya casi desvanecidas de su carta de entonces. Aquello también era parte importante de mi viaje. Yo hubiera preferido encontrarme con mucha de su escritura en algún blog, que con seguridad sería un recreo para los aficionados a la lectura, pero dado que eso no es posible, me permito incluir aquí alguna de sus anotaciones, que por otra parte dan continuidad a mis propias reflexiones:

“El Capitán Trueno duerme en mi regazo con un total abandono. De vez en cuando estira las manitas y deja al descubierto cinco garritas blancas, lo único blanco que tiene en todo su cuerpo, si exceptuamos la barriguilla casi lampiña. Domingo por la tarde. Todos duermen en casa. Releo tus últimas cartas y reflexiono sobre ese tema que suscitaste el otro día, la soledad, esa soledad que todos tenemos como compañera ineludible y que vamos intentando mitigar aferrándonos a los otros. Desde que os fuisteis, yo convivo con ella, ha sido como un reencuentro. Me gusta esta soledad mía que me hace fuerte, que me está ayudando a descubrirme. La soledad es un bien que hay que saber apreciar, porque lo normal es que oigas hablar de ella en sentido negativo y con temor; tal vez tenga algo que ver con eso que hemos hablado alguna vez sobre lo mal que se prepara a los niños para la vida, por lo que formamos seres incompletos como nosotros mismos.

El Capitán Trueno es un gato prematuro, un luchador en toda regla superviviente de una camada que nació muerta. No se dice que no a lo que te dan con tan buena intención y mi hijo era todo ternura con un cuerpecillo que cabía en la palma de su mano, mientras me decía que me lo regalaba para que sustituyera al Fusi. El Capitán Trueno se mete en el cuenco de la comida, extiende sus patitas, afila las uñas y tiene a raya hasta al Chiquitín, que le mira como dudando si semejante gruñido de amenaza sale de ese ser tan diminuto que hay que encerrarlo para que no muera de un pisotón. El Capitán Trueno es un juguetón incansable y se dispara detrás de cualquier cosa que se mueva. Encuentra un hueso de cereza y se pierde por el pasillo con su balón, que protege de los demás con su descomunal gruñido, por lo que deduzco que el Capi, que es como se le llama por aquí, se lleva muy bien con su soledad y se lo pasa superior siendo su propio amigo. También me da que pensar, viendo sus juegos y los regates del Chiquitín para quitarle el hueso de cereza, si no serán los gatos los inventores del fútbol :).”




Oaxaca

(Sobre una escultura de Javier Marino)

Hueco, vaciado de sí mismo
misterio de carne
tumbado perezoso en la penumbra,
cuerpo de tierra.
Lo vi allá, dormido,
recostado entre las piernas desnudas
de ese hombre de barro,
lo vi y la mirada se me llenó de ternura,
ajeno, dócil, suave,
niño grande
vistiendo el cuerpo,
descansada indolente virilidad
dios menor,
pelambrera, musgo moreno
entre los muslos,
árbol, pene, cuerpo, barro.
Esplendor de un cuerpo
ensartado de alambre
que una mañana descubrí,
magnífica virilidad,
dormida entre los lienzos
de Remedios Varo.